En la actualidad, son la mejor forma de reemplazar dientes o muelas perdidas. Cada vez más personas reemplazan sus antiguas prótesis por implantes dentales, o los eligen de inmediato cuando por alguna razón, pierden una pieza dentaria. Su aspecto, estética y funciones, los convierten en lo más parecido a un diente natural que actualmente existe en odontología. Con los implantes dentales se puede reír, hablar y comer como si fueran dientes verdaderos. No es necesario sacárselos para dormir ni para limpiarlos. Se puede comer de todo, una manzana a mordiscos, un trozo de carne, almendras, etc.; sin las privaciones o vergüenzas de las antiguas prótesis. Se basan en el maravilloso proceso mediante el cual, un tornillo de titanio, puesto cuidadosamente en el hueso, es adherido por éste, incorporándolo como si fuera parte del cuerpo. Sobre este tornillo de titanio, se coloca una corona artificial que reemplaza la parte visible y funcional del diente o muela. Esta propiedad del titanio fue descubierta hace ya 60 años por el Profesor Branemark, que lo probó en voluntarios en los años ´70, lanzándolo al público general en los ’80. En Chile llevan ya unos 30 años, y últimamente, al bajar los costos de ellos se han convertido cada vez en algo más común entre los chilenos.